12°C
Una expresión del autosabotaje.
Vickie Allauca
3/1/20211 min read
El corazón decidió latir lentamente un lunes por la tarde: la respiración entrecortada y un frío impasible recorriendo mis venas, mi piel.
¿Qué siento? Respiro frío, decepción, incertidumbre, odio. Las responsabilidades pisándome los talones, y estos escondiéndose dentro de las cobijas, buscando calor.
Necesito despertar, es todo lo que sé. Necesito encontrar la manera de despertar. No lo logro, no hay luz dentro de esta caja oscura, ¿desde cuándo rendirse parece la mejor opción?
"No encuentro" los guantes, el gorro, el saco y la bufanda. Mi garganta arde, mis extremidades tiemblan, las palmas de mis manos palidecen y mis huesos rechinan. La temperatura sigue dando 12°C, pero miente.
No puedo ser tan débil…por favor.
¿Qué siento? Una corriente eléctrica paseando por mi espina dorsal. Los suspiros cada vez más fuertes y visibles. Es imposible abrir los ojos, es imposible enderezar mi cuerpo: la posición fetal fue resultado de un instinto de supervivencia, de temor […]
Trato de buscar calor entre las sábanas. Mi mente juega en el equipo contrario, tratando de matarme, me recuerda todo lo que debo presentar mañana y el día después, me hace sentir miserable, inmunda e irresponsable.
Entonces me dejo caer, entre telas e incoherencias llamados sueños. Al fin y al cabo, dormir es mi respuesta inmediata al desánimo, al frío, a esos insoportables y mentirosos 12°C.

A veces escribo cartas...
y te cuento cosas que me emocionan. Si te gustaría recibirlas, suscríbete aquí: