Atrapada

Solía tener pesadillas parecidas.

Vickie Allauca

6/8/20211 min read

Son líneas negras en todas las direcciones, sonidos de metal chocando cerámica. Me encontraba en una habitación aparentemente blanca, estrecha pero alta. Había unos brazos grises, con unas manos grandes que agarraban con fuerza las mías. Me levantaba mientras empezaba a dar vueltas; vueltas y vueltas en el mismo sitio, sin detenerse.

Mi cabeza ardía y mis ojos apenas se abrían; veía líneas negras, verdes, rojas y marrones, en todas las direcciones. Mi corazón se aceleraba y mis manos dolían, trataba de hacer que me soltase, mas no podía pronunciar palabra, mi tráquea se las tragaba todas.

Quería que las vueltas se detuvieran, que me permitiera aterrizar en el seguro y estático suelo, pero no lo hizo. Nunca lo hizo.

Sentía como si apretasen un nudo alrededor de mi corazón, de mi ser... y quemaba: las llamas subían por mi garganta, incinerando todas las palabras, para después obstruir la entrada del oxígeno, quitándome la esperanza, y terminaban saliendo por los ojos en forma de sal, dando por terminada la batalla.

Nunca le conté a nadie estas pesadillas, lamentablemente repetitivas cuando era una niña, porque no encontraba las palabras que pudieran describir tal desesperación, terror e incertidumbre de estar atrapada entre líneas desordenadas. Finalmente las hallé escondidas entre los años y descubrí que pueden explicar, al menos un poco, este miedo irracional.

A veces escribo cartas...

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