
Canas que olvidan
Para ti, abuelito.
Vickie Allauca
11/6/20201 min read


Son cuentos salidos de tu boca,
vagos recuerdos del pasado.
Trae a memoria la juventud de tu época,
su fantasía, terreno de flores colmado.
Tus ojos se maravillan con todo:
frutas, flores, edificios, colores,
sombreros y cabelleras, ¡ni modo!
Una risa y la misma frase de honores.
¡Oh, pero cuánta desesperación!
No poder entrar en tu mente
y traerte de vuelta una pequeña ración
de aquella memoria cadente.
Ruego por el tiempo perdido
que regrese a nuestros brazos
y nos devuelva lo que robó el olvido,
todos esos pequeños retazos.
Entiendo que no lo puedas hacer,
no es mi intención presionarte;
solo intento complacer
este deseo de amarte.
Amarte, honrarte y recordarte
como el único y especial ser
que no ha de temer
dejar que lo ayude con ese bayarte.
Porque estoy dispuesta a escuchar
una y otra vez la misma historia,
estoy lista para preguntar
una y otra vez por ella.
Haré como si fuera la primera vez
que la cuentas,
me reiré sin timidez
aunque mientas.
Te tomaré de la mano al caminar,
inventaré recuerdos en mi mente
para así poder aquietar
mi tembloroso corazón demente.
No importa que no recuerdes
quien soy o cómo me llamo,
importa que en pastos verdes
descanses y sepas cuánto te amo.

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