Changes
new year, new ¿resolutions?
Vickie Allauca
2/17/20222 min read
¿Cómo empezar a describir lo que viene después de lo que fue?
Si algo puedo afirmar, es que nada sucedió como esperaba...a pesar de no haber esperado nada. El 2021 fue el período de recuperación después de la cirugía, o mejor dicho, de la paliza.
Fue como una gran bofetada a la realidad, sin preámbulos ni filtros.
¿Descanso? No, no puede ser.
¿Crecimiento? Sí, eso suena mejor.
La rapidez de los días no me permitía reaccionar ni pensar con claridad. Solo quería escapar, pero... ¿escapar de qué?
¿Del dolor? No, ansiaba sentirlo.
¿De las responsabilidades? Muy probablemente.
Malgasté la mayoría de meses sintiendo que algo andaba mal conmigo, que me hacía falta una pieza para ser suficiente.
¿En realidad lo malgasté? Sí, creo que sí.
Pero estaba lista para que cambios sucedieran, me decidí a no resistir más lo inevitable. Unos pocos días antes de que el 2021 cerrara, tomé la iniciativa conmigo misma y taché de la lista dos deseos. El último día llegó y mientras el cielo se llenaba de pirotecnia, cerré los ojos y respiré.
“Este año será diferente” pensé.
¿Por qué? No tenía ni idea, pero estaba segura.
Si sabía algo con certeza era que ya no iba a huir.
¿Huir de qué?
De los cambios, supongo.
Si una cosa era cierta, es que mi perspectiva ante todo lo que creía conocer, ya no era la misma. Entendí que no me hacía falta nada para ser suficiente, que no debía cumplir todas las expectativas para valer algo... y vaya, tan solo era el primer día de enero.
¿Ya no sabías eso?
Sí, me lo habían dicho...
Al terminarse la primera semana, estaba aterrada y en agonía. No sabía que los cambios empezarían tan rápido y tan bruscos. Y sí, no fueron nada bonitos. Pero eran lo que debían ser hace mucho tiempo y, después de todo, había decidido dejar de huir de ellos.
Me di cuenta que todo se convertiría en un desafío a partir de ese momento. ¿Quién dice que no se pueden disfrutar los desafíos?
Algo nuevo, fresco, libre y hermoso sucedía en mi interior, algo imparable.
Y ahora, un mes y 17 días después, pienso: “respira... y continúa”

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