
Futuro
Una plegaria.
Vickie Allauca
11/6/20202 min read


Si pudieras escuchar los susurros desesperados que emanan mis labios en busca de impulso, entenderías el tiempo perdido de mis manos temerosas.
Si pudieras sentir los fuertes latidos de emergencia que mi corazón sufre, entenderías que su intención no es huir de mi pecho.
Si tan solo dieras un paso más hacia delante y me tomaras de la mano, entendería que estoy a salvo y que, contigo, no moriré.
El futuro se ampara en la promesa que le hiciste, llora y tiembla cuando se aleja de tu presencia así sea unos pocos metros, agoniza cuando no se alimenta de ti y no soporta siquiera imaginarse que no estés a su lado.
Por este tierno y delicado futuro imploro, de rodillas, que no nos dejes.
No permitas que nos apaguen la expectativa, la confianza y la acción. Mueve las montañas que tengas que mover. Abrázanos las veces que nos tengas que abrazar. Destruye las murallas que tengas que destruir. Haz lo que tengas que hacer para tomarme de la mano y juntos celebrar el nacimiento del mañana.
El tiempo se apresura a desaparecer y deja un rastro enorme. No se molesta en ocultar sus huellas ni en suavizar sus bulliciosas pisadas, pues desea que todos se enteren que está pasando a gran velocidad. Me recuerda que no lo utilice solamente para crear sueños, sino construirlos…por eso te pido: ¡ayúdame!
En esta solitaria agonía suplico que tus fuertes y amorosos brazos reemplacen los míos, que tus ojos soñadores me enseñen a contemplar, que tus luminosos dedos compartan su creatividad conmigo.
Deseo que todo sea de los dos: éxitos y fracasos, risas y llanto, inspiración y frustración. Quiero compartir, crear y celebrar de tu mano; llorar, gritar y desesperarme entre tus brazos.
Padre, eres mi esperanza viva, tienes en tus manos todo lo que tengo, lo que pienso y lo que soy.
Futuro, respira y descansa, tenemos un refugio seguro en él, confía.

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