No es para tanto

A veces escucho las críticas
como si fueran mías.
Es una voz inconfundible
que siempre me exige más,
pero acabo escondida
entre interminables excusas.

“El miedo es tu virtud”, me acusa.
No la escucho y camino,
me muevo despacio y cautelosa.
Tratando de ignorar mis lamentos.
Es un paso arriesgado, lo presiento.
Y ella asegura que "no es para tanto".

Pero sí lo es.

Es un tanto que me pone los pelos de punta,
un tanto de esperanza, un tanto de duda.
Es un paso que parece un salto al océano,
de esos violentos que te quitan el aliento.

Aunque ella me diga que es en vano,
sé que debo escapar de lo cotidiano.
Lanzarme de una vez al vacío
confiando en que encontraré algo mío.

Porque aquí dentro se siente infinito.

Infinitas oportunidades y llaves.
Olas que cambian con el tiempo y los privilegios.
Tormentas que devoran pequeñas canoas.
Un mar eterno e incierto, pero emocionante.
Un océano profundo y peligroso
que jura provocar un dolor alucinante.

Y sé que… cuando el agua se calme
y los colores en el cielo aparezcan.
Cuando el sol te ciegue
y la brisa tus alas despliegue.

En ese preciso instante podré parar
y sentirme orgullosa al mirar
que pude dar el primer paso...
ese que me asustaba tanto.

A veces escribo cartas...

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